Soy un Buscador, un aprendiz que tiene como sendero la Verdad del misterio y de la Enseñanza oculta.
El Tarot es mucho más de lo que se cree habitualmente. Es un sendero. No es una filosofía de vida, sino una forma de vivirla desde el esoterismo y la espiritualidad.
El Tarot no se lee (sólo), no consiste en echar cartas para encontrar respuestas (sólo), no es una forma de adivinar (sólo). Es una energía ancestral, un Conocimiento arcano que procede de la Atlántida y pasó por el Egipto prefaraónico (y prehistorico oficial) y más tarde por la Orden del Temple... Y así, de maestro a maestro llegó a nuestros días, con todo el conocimiento hermético (del gran Hermes/Thot) y también, algo que la mayoría desconoce, como una transformación de la persona que comienza su camino.
La persona que se inicia en el Tarot lo hace de manera que siente la transformación espiritual, mental, psíquica y astral. Poco a poco, paso a paso, va descubriendo un Universo de sabiduría y conocimientos; siente como se abre su Canal Psíquico, y comienza a tener sensaciones, intuiciones; se abre su corazón al Amor universal (por ello puede y debe dedicarse a ayudar con la experiencia que día a día adquiere a quien lo necesite); y también es un poderoso aliado para la sanación personal del aprendiz y de las personas que acudan a él. El aprendiz se sentirá acompañado en cada paso por sus Guías astrales, sus Maestros ascendidos o celestes, y por los Ángeles celestes de Luz cósmica; los mismos seres que han estado acompañando, iluminando, aconsejando y enseñando a todos los seres que se iniciaron en el esoterismo y hermetismo egipcio/atlante.
